La Cultura Arriera de San Fabián de Alico

 

Don Ramón Hermosilla arreando vacunos en Roble Huacho.

Jorge Muzam / Historiador y cronista

Corporación Alico Punto de Cultura Comunitaria

Plan de Fortalecimiento Nuevos PCC 2025 
Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio

El 26 de enero de 2019 se realizó el primer homenaje público y masivo a los arrieros de San Fabián de Alico. En aquella ocasión se invitó a diez arrieros emblemáticos de la alta cordillera. Todos aceptaron y se mostraron contentos de que se conociera y respetara su forma de vida. En la plaza comunal se levantó un escenario junto al monumento "El arriero" del escultor Renato Soto Campos. Junto al escenario se construyó un puesto arriero tal como los que se usan en la alta cordillera, y tras él, el clásico varón donde se amarraron los caballares y mulas traídos desde las montañas.

El homenaje fue parte de la primera Semana de la Cultura Arriera, que fue una instancia generada por Prodesal y los departamentos de cultura y comunicaciones del municipio sanfabianino.

Fue un momento emotivo y largamente anhelado por la comunidad que ha visto diluirse con el paso de las décadas al mayor orgullo identitario de nuestra comuna cordillerana.

El año 2020 se realizó un homenaje similar, aunque esta vez a las mujeres arrieras de la comuna. Fue igualmente muy emotivo, porque es la primera vez que se les reconoce y agradece públicamente por toda su inmensa labor de vida. El silencioso respeto y luego la ovación del público dejaron plasmado el sentimiento común de que ellas y ellos han pasado a formar parte de la leyenda del territorio.

Otrora fueron cientos y miles de arrieros trashumando por las huellas centenarias de las montañas en busca de los mejores pastos para los animales propios o a su cargo.

En este ir y venir hacia y desde las veranadas se fue conformando una forma de vivir con sus propios códigos, sus ritos, sus formas de hablar, de silbar, de compartir en medio de la soledad cordillerana.

El conjunto de toda esta forma de vida es lo que hoy se conoce como Cultura Arriera y constituye un invaluable Patrimonio Cultural Intangible de San Fabián de Alico. Y nos importa tanto rescatarla, darla a conocer, ponerla en valor, porque nos genera admiración y orgullo conocer acerca del esfuerzo de generaciones de hombres y mujeres habitando con éxito en medio de condiciones geográficas tan difíciles. Gente de cordillera que ha seguido traspasando sus saberes y experticias a cada nueva generación para que la luz que habita la montaña nunca se apague.

Y aunque es un hecho comprobable que la modernidad ha ido incidiendo, de distintas maneras, en la paulatina extinción de esta forma de vida en la mayor parte del territorio chileno, podemos afirmar con orgullo que aún quedan unos cuantos arrieros en la alta cordillera de San Fabián de Alico viviendo a la usanza antigua, habitando las montañas como lo hicieron sus ancestros.

Arreo por las calles del pueblo. Semana de la Cultura Arriera 2025.

Arreo por las calles del pueblo. Semana de la Cultura Arriera 2025.

Arreo por las calles del pueblo. Semana de la Cultura Arriera 2025.

 



Orígenes de la Cultura Arriera en San Fabián de Alico

Arrieros y sus perros en Roble Huacho.

En territorio tan amplio y despoblado, donde el Estado chileno, y sus instituciones, se ha hecho presente, con mediana efectividad, bien avanzada la segunda mitad del siglo XX, debemos darle amplio valor al recuerdo de las personas de avanzada edad que habitaron la cordillera sanfabianina.

Al coincidir los testimonios de la mayoría de ellos, podemos acercarnos a entender un esquema de vida que predominó durante muchos años.

Indudablemente que tal esquema siempre involucró la interacción de personas de ambos lados de la cordillera. Los recuerdos suelen estar habitados por gente del otro lado. Familiares, amigos y conocidos a los que, desde San Fabián, no les dicen argentinos o neuquinos, sino cuyanos. Las historias que afloran hablan de constante interacción, amistad, admiración, complementariedad económica y también de contrabando. Era un mundo con reglas propias, donde el rol fiscalizador de ambos estados era más bien simbólico.

El investigador argentino Héctor Alegría así lo estima en su trabajo “Trashumancia – De la Mesta a la Nuestra”: “…se da aquí claramente el concepto de Región Cultural, toda vez que excede y no respeta los límites políticos de los países. La realidad del poblamiento y el posterior abastecimiento de los asentamientos tienen una fuerte raíz chilena. Aun cuando aquí la evolución ha determinado ligeras manifestaciones propias, persisten nítidamente giros idiomáticos, usos y costumbres, gastronomía, etc. que denotan su origen trasandino. No obstante, esa misma evolución ha creado una cultura parecida, pero no igual. Por ejemplo, en su música y en especial en la especie musical y bailable denominada cueca…”

Alegría hace, igualmente, referencia al arte de las cantoras, cultivado desde tiempos antiguos en las zonas cordilleranas de San Fabián de Alico. “El canto es patrimonio peculiar de mujeres: las cantoras. Intuitivas, memoriosas, sin edad. Cantan canciones auténticamente folklóricas. Repiten, aún sin saberlo, el romancero español en sus tonadas. Se halla en el fraseo cadencioso la décima espinela. Parabienes, décimas de angelito. Pero la base y generadora de toda esa cultura es la trashumancia. La que conocemos hoy, que tiene su invernada en la precordillera y los llanos, y sube a las pasturas altas cada verano. El arreo, paciente, sacrificado, cada vez con más obstáculos”.

Remitiéndonos a la Cultura Arriera de San Fabián de Alico, debemos considerar como parte de esta tanto a los crianceros como a los arreadores, y sus respectivas familias, coexistiendo y confundiéndose muchas veces en las mismas funciones de trasladar el ganado, de ida y regreso, a las veranadas de la alta cordillera.

Arreo de chivos en la zona cordillerana de El Principal.

 


 Las Mujeres en la Cultura Arriera

Arriera en Roble Huacho.

La vida en la cordillera demanda una casi total autonomía respecto a lo que sucede y se produce en las zonas pobladas del llano. Es necesario aprender desde pequeño los numerosos oficios que permiten complementar y sustentar esta forma de vida.

Las mujeres aprenden mano a mano con los hombres esta multiplicidad de tareas. Pero ellas, junto con ser madres, esposas, hijas, velar por el orden y economía hogareño, agregan oficios como el trabajo en lana, la confección y remiendo de ropa, el huerto que igual se abre paso en medio del rigor climático cordillerano, la gastronomía ancestral que perdura en las olletas sobre el fogón, la hechura de mantas, frazadas, calcetines, prensiones y polainas. 

En muchos casos también acompañan en las labores de arreo. Viajes de ida y regreso a las veranadas. Búsqueda de animales extraviados. Nacimiento y crianza de los chivos. Levantar cercos, ensillar caballos y desplegar durante todo el año su sabiduría en torno a las hierbas medicinales para resguardar la salud de su familia. 

Una característica quizá única de las mujeres arrieras de la cordillera es que fueron, en su gran mayoría, cantoras. Y a través de su canto dejaron, no solo belleza, sino una huella imborrable de memoria cordillerana.

 

 

 

Arreo por las calles del pueblo

Año tras año, exceptuando la pausa pandémica, la Semana de la Cultura Arriera ha seguido contribuyendo al rescate y la puesta de la tradición arriero campesina de San Fabián de Alico.

Los arrieros descienden al valle a recibir su merecido reconocimiento por parte de la comunidad sanfabianina. A través de sus miradas profundas, de hombres y mujeres que han visto y comprendido demasiado en la vida, se percibe la alegría de ser reconocidos, de que su rica cultura arriera no se haya perdido en la niebla de la historia, y que, muy por el contrario, está viva y muy presente en cada uno de los descendientes de esta comuna cordillerana.

El arreo de animales por las calles del pueblo se realiza como broche de culminación de cada Semana de la Cultura Arriera. Es el momento en que la nostalgia acelera el corazón de los sanfabianinos y donde los visitantes conocen parte de la esencia identitaria de nuestra comuna. Se escuchan los silbidos interpelando al ganado, el ladrido de los perros arrieros, calles y plaza quedan inundadas de aroma a chivo, a caballar, a montura, entroncando ese aroma con entrañables recuerdos de infancia.

 

 

 

 

El puesto arriero

Un día antes del comienzo de cada Semana de la Cultura Arriera, el equipo de Prodesal instala un típico puesto arriero premunido de todos los aperos usados en la montaña. Tachos, sogas, pierneras, mantas de Castilla, sombreros trajinados, troncos para sentarse.

El día de la celebración se encienden braseros, se ponen tachos para el agua, se prepara caldillo arriero, se parte la tortilla de rescoldo, se rebana queso, se ceban mates y se invita a los arrieros presentes a pasar y acomodarse para empezar a contar las proezas de su vida cordillerana a la gente que va y viene. Se comparte el mate y la tortilla, se narran anécdotas, mientras afuera del puesto otro arriero enseña a vestir una mula.

Simultáneamente se realizan muestras gastronómicas típicas, juegos del lazo, se enseñan formas de preparar el mate con diferentes mixtos de hierbas de montaña, se realiza el concurso de la mejor tortilla de rescoldo, se suceden relatos sobre la vida cordillerana, así como variadas presentaciones artísticas y un arreo final por las calles del pueblo

Durante día y noche el puesto arriero se mantiene en funcionamiento, permitiendo a miles de personas aprender y valorar aspectos claves de la cultura arriera.

 

 

 

 

 

Homenaje a don Pancho Hermosilla, arriero de San Fabián de Alico

Un emotivo reconocimiento a don Francisco Hermosilla, uno de los arrieros emblemáticos de la cordillera sanfabianina, se realizó el 20 de enero de 2025 en la plaza de la comuna.

El reconocimiento fue precedido por una entrevista que realizaron integrantes de la Corporación Alico-Punto de Cultura Comunitaria, en conjunto con Prodesal San Fabián al arriero en su actual residencia particular en el sector de Pichinal.

Allí don Francisco relató aspectos desconocidos sobre su vida en la alta cordillera. La importancia vital de la familia, su esposa e hijos, la inclemencia climática, la distancia, los oficios que aprendió y desarrolló para sobrevivir entre las montañas, así como los pormenores de su trabajo de administrador en el fundo El Roble durante varias décadas.

El texto que condensó esta extensa entrevista lo realizó el historiador y presidente de Corporación Alico, Jorge Muzam, y su adaptación y lectura en la inauguración de la Semana de la Cultura Arriera lo realizó la poeta y dramaturga, Tania Sandía.

Don Francisco asistió junto a su familia y contempló el relato sobre su vida desde el Puesto Arriero "Los Troperos" instalado en el medio de la plaza.

El puesto ha sido erigido por funcionarios de Prodesal cada año desde 2019 como una forma de recrear y poner en valor este tipo de construcción precaria que se levanta en numerosos puntos de la cordillera para dar refugio al arriero en medio de su permanente trashumancia.

El alcalde de San Fabián, Cristofer Valdés, junto a la presidenta de la Unión Comunal de la Cultura y las Artes de San Fabián, Lorena Ledesma, otorgaron un reconocimiento a don Francisco Hermosilla ante la emocionada y respetuosa ovación del público.

Esta actividad marcó el comienzo de la Semana de la Cultura Arriera de San Fabián, versión 2025.

 

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Texto leído públicamente por la poeta y dramaturga Tania Sandía durante el reconocimiento a don Francisco Hermosilla.

 

 

Don Francisco Hermosilla y doña Fresia Fuentes, una larga vida en la cordillera de San Fabián de Alico

La historia que van a oír es real, es nuestra, porque habla de nuestra gente, de nuestro territorio, de la inmensidad de campos, lagunas, ríos y montañas.

Don Pancho Hermosilla y doña Fresia Fuentes conformaron un respetado y querido matrimonio de nuestra comuna. Ambos permanecieron casi toda su vida en la cordillera de San Fabián de Alico. Primero en Chacayal y luego en Roble Huacho.

Se dedicaron principalmente a las labores del campo, a la crianza y arreo de animales, a administrar las innumerables tareas del fundo El Roble y a sobrellevar las estaciones con la precaución y sabiduría aprendida de los ancestros.

Su hogar era un lugar de encuentro donde compartir y pernoctar en medio de la inmensidad cordillerana. A punta de mate, tortilla y amable hospitalidad fueron forjando amistades que perdurarían en el tiempo.

Sus vidas están impregnadas de incontables vivencias, anécdotas tanto divertidas como dramáticas, de largos viajes a las veranadas, así como del recuerdo de cientos de personas que vivieron en El Roble o pasaron por allí.

En aquellos años las distancias se medían de otra forma, dependía del clima, de los caminos, de la rapidez de los caballos, de la cantidad de animales que se arreaba. Las mulas eran vitales en la cordillera. Ellas llevaban la carga para la subsistencia. Algunas llegaban a cargar hasta 160 kilos.

En cada mes de marzo se hacía el rodeo. Llegaban baqueanos desde distintos lados junto con sus piños y había que ponerle la marca a fuego, mucho antes de que se impusieran los crotales. Eran labores intensas que ocupaban muchos días y donde la sabiduría de la misma gente y la sagacidad de los perros de arreo cumplían un imprescindible papel para que el ganado no se revolviera.

Los primeros años en Chacayal don Pancho fue campero y trabajó en las múltiples labores que demanda la vida en la cordillera. Incluso aprendió a techar las casas con carrizo, tal como se había hecho durante generaciones en los hogares de El Chacayal. Luego en Roble Huacho tuvo que hacerse cargo de todo. Nunca hubo un día de descanso ni vacaciones porque el trabajo en la cordillera es de todos los días, a veces también abarcando la noche, en verano e invierno, en otoño y primavera. Con nieve o granizo. Porque los animales tampoco pueden esperar. Necesitan atención, alimentación, protección ante el frío y el calor. Tal como los seres humanos.

En la cordillera, mujeres y hombres se entregan completamente para sobrevivir. Cada persona es una enciclopedia de oficios. En parte porque nadie los ampara en la soledad de las montañas. Sólo la fraternidad entre la misma gente que a veces vive a varios kilómetros unos de otros.

Día tras día, don Pancho y su caballo recorrieron cada rincón de la cordillera. Cada lugar con su nombre, su belleza y su peligro. Valle Hermoso, El Chico, El Feo, Las Águilas, El Renegado, Los Coltrahues, Nacimiento del Ñuble, el Cerro del Indio, Los Tábanos, la Subida del Enemigo, los 12 Maitenes, la Subida del Novillo, el Vaho del Toro, entre tantos otros, lugares que quedarán grabados en su memoria por siempre.

 

57 años estuvieron casados don Pancho y doña Fresia. Una larga vida marcada por la unión, el afecto, la responsabilidad y mucho esfuerzo. Tres hijos tuvo el matrimonio. Todos ellos criados en sólidos valores, principios, tradiciones y conocimientos propios de la gente de cordillera.

No hace mucho tiempo falleció doña Fresia dejando un legado imborrable de amor y sabiduría en su esposo, sus hijos, nietos y en todas las personas que tuvieron la fortuna de conocerla.

Hoy don Pancho Hermosilla vive en Pichinal, dedicado a disfrutar su familia y la tranquilidad de su hogar, cuidando sus parvadas de pavitos y conservando la vitalidad, energía y bondad que siempre lo ha caracterizado.

Agradecemos a don Pancho Hermosilla y a su hijo Daniel por acceder con tan generosa amabilidad a esta reconstrucción de aspectos de sus vidas en la cordillera. Reconocemos igualmente a quienes colaboraron para que este hito cultural se llevara a cabo: Lorena Ledesma de la Unión Comunal de la Cultura y las Artes; Juan Luis Sepúlveda de Prodesal; Paulo Acevedo de Prodesal; Jorge Muzam de Corporación Alico, y quien les habla, Tania Sandía, poeta y dramaturga.

Es por esto y tanto más que le brindamos un cariñoso aplauso y reconocimiento a él y a su familia por su larga trayectoria siendo parte de la cultura arriera de San Fabián de Alico. Muchas gracias



A modo de conclusión

La Cultura Arriera goza de vitalidad en la comuna de San Fabián de Alico. La comunidad local la siente como propia y se suma espontáneamente a las celebraciones y homenajes que recuerdan, reconocen y visibilizan a los arrieros y arrieras de la comuna.

Corporación Alico, valorada y reconocida desde el 2024 como Punto de Cultura Comunitaria por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, ha seguido contribuyendo durante el 2025, en diferentes instancias, al rescate y puesta en valor de la Cultura Arriera de San Fabián de Alico.

El desarrollo del presente material que se entregará, a modo de devolución, a la comunidad sanfabianina, forma parte de las Actividades de Corporación Alico para el Plan de Fortalecimiento Nuevos PCC.

Agradecemos a la comunidad de San Fabián de Alico, a los crianceros y arreadores, a los cultores de oficios, a las portadoras de saberes ancestrales, al programa Prodesal y al Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio por valorar y contribuir a la realización de este trabajo.

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